Los hombres lobo, otra de las tantas criaturas de la noche que ha inundado el folclore desde hace miles de años, y que acabaron llegando a la literatura de ficción, y claro está, al cine. Desde aquel clásico de la Universal ‘The Wolf Man’ (George Waggner, 1941) con Lon Chaney Jr, pasando por el hombre lobo atormentado Waldemar Daninsky interpretado por el enorme Paul Naschy, la gran ‘Aullidos’ de Joe Dante, o el grupo de soldados que se enfrentaba a una manada en ‘Dog Soldiers’ (Neil Marshall, 2002), el coming of age femenino de ‘Ginger Snaps’ (John Fawcett. 2002), y sin olvidar la saga de acción ‘Underworld’, y muchas más, hasta llegar a ‘Werewolves’ (Steven C. Miller, 2024). En todas ellas hemos visto a estas criaturas de todo tipo de tamaños y estilos, pero en el fondo, casi siempre hemos tenido una cosa en cuenta y que nos ha fascinado: su transformación y como luchaba el afectado contra esa maldición. ‘Un hombre lobo americano en Londres’, no sólo es una de las grandes de este subgénero del terror, sino que todavía sigue teniendo la mejor transformación de humano a lobo.
‘Un hombre lobo americano en Londres’, no os acerquéis a los páramos
«David Kessler y Jack son dos jóvenes estadounidenses que, con sus mochilas a cuestas, han decidido pasar tres meses recorriendo Europa. En Inglaterra, en una zona rural desolada, la gente les da unos consejos escalofriantes: «no os apartéis del camino y no os acerquéis a los páramos», «cuidado con la luna». Cuando los jóvenes emprenden la marcha en la oscuridad, oyen un aullido terrorífico procedente de los páramos, pero no saben que los persigue una bestia legendaria sedienta de sangre, cuyas víctimas se convierten en muertos vivientes que deben vagar por la Tierra eternamente; en cambio, quienes escapan con vida tienen reservado un destino diferente…»
El director John Landis ya nos había deleitado con el musical ‘The Blues Brothers’, que como bien dice el título, era una carta de amor al blues y también una comedia espléndida. Así que en aquel momento, sorprendió al entrar en el género de terror al dirigir ‘Un hombre lobo americano en Londres’. Aunque Landis no abandonaría su sentido del humor, convirtiendo esta película en una de las primeras que fusionaban el terror y la comedia. No estamos hablando sólo una mezcla de géneros, si no que vemos en cada escena si estamos antes el terror puro o la comedia negra.

El inicio parece una comedia, donde dos turistas estadounidenses, bromean mientras recorren la campiña inglesa. Entonces todo cambia cuando entran en el pub The Slaughtered Lamb. Aquí pega un giro que casi nos recuerda al tono oscuro y gótico de una película de la Hammer, con esos avisos de los aldeanos de que no se adentren en los páramos.
El terror sin concesiones nos viene en diferentes ataques del hombre lobo, donde la sangre y desgarramientos están muy presentes. Pero Landis lo equilibra perfectamente con el humor negro, sobre todo en las apariciones de Thomas Griffin Dune, que interpreta al mejor amigo de David, el protagonista. Tras ser asesinado por el anterior hombre lobo, regresa como un fantasma y en constante descomposición. Estas apariciones macabras van acompañadas junto a diálogos y conversaciones divertidas y sarcásticas sobre la maldición del hombre lobo, o diferentes formas que éste su suicide para que pueda descansar en paz.
Incluso David cuando despierta de su primera transformación en lobo, nos encontramos ante comedia pura. Vemos como despierta desnudo en una jaula en el zoológico y corre por las calles de Londres, muy al estilo de la comedia británica tipo Benny Hill. Es un momentazo. Y no hay trampa ni cartón en esa escena. Ya sea porque cuando corre desnudo por las calles, como estar en la jaula junto a una manada de lobos.

Las pesadillas y sueños que tiene David también son terroríficos a la par que surrealistas. Sobre todo el de los hombre lobo nazis. Una escena inspirada en la idea del propio escritor de ‘El hombre lobo’ (1941), que decía que los hombres lobo eran una metáfora de los nazis y de la maldad interior.
La magia de Rick Baker y el terror por las calles de Londres
‘Un hombre lobo americano en Londres’ está llena de escenas brutales de terror, pero está claro que tengo que hablar de la más mítica de ellas: la transformación.
Esta obra maestra de efectos especiales fue gracias a las manos y la magia de Rick Baker, donde se mezclaba el maquillaje, prótesis, y animatronics. Una transformación que todavía sigue siendo un referente. A esto hay que sumarle un gran ritmo y montaje, donde podemos ver en todo su esplendor el proceso de transformación. Incluso los momentos previos, tiene un suspense genial, donde no sabemos si incluso se llegará a transformar. En este ENLACE podéis ver esta transformación.

David Naughton muestra, cómo el mismo dijo, la espera de esa transformación y como le va a afectar, como si estuviera esperando un mal viaje de una droga. También vemos el dolor que sufre el protagonista al estirarse todos los músculos y la piel mientras salen sus garras, crece más pelo, o el hocico se le alarga.
En resumen, un dolor físico y emocional de la pérdida de su humanidad. La secuencia es tan impactante que le valió a Rick Baker el primer Óscar al Mejor Maquillaje, en una categoría que casi se puede decir que nació gracias a este trabajo.
No puedo dejar de mencionar otra de mis escenas favoritas, la persecución por el metro de Londres. El uso de la cámara subjetiva, planos cerrados, el reflejo del techo, donde sólo vemos por un instante al hombre lobo antes de matar a ese pasajero en las escaleras mecánicas, es el ejemplo del terror puro con sólo sugerirlo. Una pasada.

La escena del cine porno es otra maravilla. Primero, lo cómico de la conversación con su colega y la peli porno de fondo, junto a la aparición de todas sus víctimas, hablando de cómo debería matarse para que ellos puedan descansar. Y justo después, la secuencia final por las calles de Londres, que es otra gozada, donde vemos ya del todo (aunque no los cuartos traseros) al lobo. Es una marioneta muy bien creada y con gran trabajo detrás, aunque nos pueda parecer simplemente que la llevan con una carretilla, y usen un efecto tijera para que diera los mordiscos.
Una curiosidad, para los permisos para rodar en Londres tuvieron algunos problemas, sobre todo porque decían que había pocos actores británicos. John Landis, ya cansado, dijo que podía hacer un cambio y les dijo que titularía la película ‘Un hombre lobo americano en París’, y que se largaría. Con esa amenaza se acabaron los problemas. Años más tarde, en 1997, se estrenaría su remake que llevaría de nombre este título.

Por cierto, fue uno de los primeros hombre-lobo en que su forma era más cercana a un lobo (Rick Baker se fijó en los perros para inspirarse) que no el de un hombre con mucho pelo, garras y colmillos, como las clásicas, o incluso ‘Aullidos’, que eran más lobos bípedos.
Sí que ‘Un hombre lobo americano en Londres’ tuvo una influencia directa, junto a ‘Aullidos’ de Joe Dante, a muchas películas de hombres lobos posteriores, sobre todo la transformación, pero no hay que olvidar algo que consiguió esta película, que Michael Jackson se interesara en John Landis para que dirigiera su primer videoclip: ‘Thriller‘. Una gozada que sirve también como corto de terror y donde también veríamos una buena transformación en lobo, y un gran maquillaje de esos zombies bailarines. Aquí tenéis el VIDEOCLIP.
Conclusión
‘Un hombre lobo americano en Londres’ no sólo ha pasado a la historia por su escena de la transformación y efectos especiales, sino también por esa mezcla de terror y comedia tan perfecta que no se había visto tanto. Su influencia sigue estando hasta fecha de hoy, sea de hombres lobo o no, y es tan divertida que puedes verla en cualquier momento.
Ficha Técnica
- Título original: An American werewolf in London
- Año: 1981
- Duración: 97 min.
- País: Reino Unido
- Director: John Landis
- Guión: John Landis
- Reparto: David Naughton, Jenny Agutter, Griffin Dune
- Música: Elmer Berstein
- Fotografía: Robert Paynter
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